Los coágulos de sangre que no se disuelven adecuadamente pueden provocar obstrucciones en las arterias o venas, provocando afecciones graves como ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares o embolias.
Los síntomas y condiciones mencionados incluyen:
Calambres al caminar (claudicación) con mala circulación sanguínea en piernas/brazos.
Dolor agudo en el pecho (embolia pulmonar) con dificultad para respirar debido a una embolia pulmonar.
Entumecimiento unilateral (accidente cerebrovascular isquémico) que causa síntomas similares a los de un derrame cerebral debido a un coágulo de sangre en el cerebro.
Vientre de baloncesto (trombosis de la vena hepática) que provoca obstrucción del drenaje del hígado.
Dolor en el brazo (trombosis coronaria) que causa síntomas de ataque cardíaco.
Pérdida de visión (oclusión de las venas de la retina) debido a coágulos en las venas del ojo.
Latidos cardíacos irregulares (fibrilación auricular) que conducen a la formación de coágulos.
Pies hinchados (edema) que indican mala circulación.
Venas varicosas como signo de mala circulación y riesgo de coágulos.
Las medidas preventivas incluyen movimiento regular, dieta adecuada, suplementos específicos, dejar de fumar y controlar la presión arterial.